Movilidad para el aprendizaje de francés en nivel C1 en l’institut de la Touraine (Tours) en la primera quincena del mes de julio.
Lo
primero que hay que referir respecto a esta movilidad es el porqué de
la elección de l’institut de la Touraine para la realización de esta
movilidad Erasmus+ dentro del proyecto “Babelia 2017”; y la respuesta es
que de entre todas las instituciones francesas dedicadas a la enseñanza
del francés y a la enseñanza de estrategias FLE y DNL, el Institut de
la Touraine figura entre las más reputadas. Como participante ya había
tenido personalmente experiencias previas en el
CAVILAM de Vichy
enormemente satisfactorias y que han aprovechado otros compañeros del
proyecto; pero para esta ocasión entendí que debía salir de la zona de
confort que supondría repetir y probar en una institución nueva.
Tours
es una ciudad de tamaño medio a la orilla del Loira, precioso río que
atravesaba cada mañana para desplazarme desde el alojamiento a las
instalaciones de l’institut para desarrollar el curso.
Del nivel
académico, sin dar demasiados detalles, se puede resumir con un
adjetivo: ESPECTACULAR. Increíble ver la velocidad de avance y progreso
en el idioma, que prácticamente se podía evaluar de día a día; y todo
ello dentro de un conjunto de edificios clásicos, estilo “Deuxième
Empire”, renovados y modernizados para hacer agradable la estancia.
El
grupo de clase, perfectamente clasificado por nivel, era de unos 12
alumnos de distintas edades, y con alta motivación por el aprendizaje y
participación. De nuestro grupo se ocupaban dos profesores,
perfectamente coordinados que se turnaban de modo que se hacía más ameno
que pasar las 5 horas diarias de clase con la misma persona.
Además
había que añadir los talleres de la tarde, donde existía una amplia
posibilidad de elegir según los gustos e intereses de cada
participante. La configuración de estos talleres no se conformaba sobre
enseñanza directa del idioma, sino sobre temáticas culturales y de
divulgación pero que en sí mismos constituyen una forma de inmersión muy
amena y productiva. Igualmente, la existencia de un catálogo de
actividades culturales tras las actividades lectivas y el fin de semana
facilita la interacción entre estudiantes de todos los niveles y
procedencias y nativos locales.
Evidentemente, no se puede hacer
referencia a Tours sin hablar de los castillos del Loira, objeto
específico de excursión durante el fin de semana que proporcionó una
agradable jornada de convivencia e integración.
Otro de los lugares
indispensables de Tours es su casco antigüo, con una plaza de origen
medieval muy animada, lugar de intercambio de la enorme colonia de
estudiantes que ocupa la ciudad. La catedral, gótica, se mantuvo todo el
verano adornada con un espectáculo diario de luz y sonido que suponía
un espectáculo digno de contemplar, y la “Guinguette” nocturna con su
noria, constituía un broche final delicioso para cualquier jornada.
Avelino Prieto