lunes, 8 de abril de 2019

Job Shadowing en Annemasse (Francia)

En esta entrada voy a difundir una movilidad de observación de buenas prácticas que he desarrollado en el “Lycée Jean Monnet” de la localidad francesa de Annemasse, próxima a Ginebra.

Annemasse es una comuna francesa conurbada con otras localidades e integrada en el área metropolitana de Ginebra, en la que se sitúa el “Lycée Jean Monnet” en el que he desarrollado esta estancia de observación de buenas prácticas.
El instituto es un centro bastante grande, con más de mil alumnos y casi cien profesores en el que se imparten varias modalidades del Baccaleureat, que posee dos programas bilingües, uno de Español, y otro de italiano, y varios itinerarios tecnológicos BTS (el equivalente a nuestros Ciclos Formativos de Grado Superior). Cuenta con un centro de documentación (biblioteca) y un servicio de organización de la vida escolar que asume tareas de gestión de las asistencias de los alumnos, organización de actividades complementarias y extraescolares, organización del horario de los alumnos en aquellos momentos en los que no tengan clase, y supervisión los alumnos en caso de ausencias del profesorado.

Las primeras impresiones que recibí de este centro fueron muy positivas. Una cuidada organización permite que todas las mañanas reciban formación una enorme cantidad de alumnos por itinerarios educativos diferentes en un centro de gran complejidad, que debe organizarse con rutas escolares, atender a los alumnos durante toda su estancia, organizar las clases, el comedor, y las actividades extraescolares que ocupan toda la jornada. Algo que me llamó poderosamente la atención fue el extenso cuadro horario, con 10 huecos de 55 minutos, que va desde las 7:55 a las 16:30, con descansos de 10 min cada 2 horas. Aquí se incluyen dos huecos horarios durante el que se desarrollan las comidas, entre 11:45 y 12:40 y entre 12:40 y 13:35. De esta forma, todos los profesores y alumnos disponen alternativamente de al menos uno de estos dos huecos para realizar su comida sin que por ello se interrumpan las clases de otros grupos. Dentro de estos 50 huecos semanales, los profesores y alumnos sitúan sus horarios, personalizados en función de los distintos itinerarios, cubriendo un total de 18 períodos lectivos por parte de los profesores y 26 por parte de los alumnos, salvo los que participan en proyectos bilingües que tienen 2 horas y media semanales más.

Para organizar la estancia de los alumnos en el centro existe un servicio de “organisation de la vie scolaire”, formado por un encargado y varios colaboradores que se encargan de atender a los alumnos en los momentos en los que no están a cargo de ningún profesor, por no tener una hora de clase en ese momento o porque el profesor falta, o la supervisión de los alumnos expulsados de clase. Esto da lugar a la existencia de un horario alternativo al lectivo, en el que los alumnos desarrollan actividades deportivas, culturales, de ocio; o simplemente organizan su estudio.

Igualmente existe un centro de documentación o biblioteca muy utilizada en estos huecos entre clases, gestionada por personal especializado. De este modo, los profesores dedican su tiempo a las preparar e impartir clases, y no a la realización de tareas complementarias como guardias y bibliotecas.

La organización concreta de mi movilidad, de 2 semanas de duración, se estructuró de manera que tras una primera toma de contacto con la dirección del centro y los profesores que me tutorizaron en todo momento, se me explicó la organización general del centro, normas, horarios, etc… Se organizó un calendario para las dos semanas de la movilidad, de modo que durante la primera empezaría cubriendo los objetivos principales, a saber: conocer los programas bilingües especialmente el de español, y la asistencia a clases de materias de ciencias sociales susceptibles de impartir como DNl (economía) y en la segunda semana, insistiendo en lo anterior, complementaría con experiencias más abiertas, como la observación de las materias tecnológicas, del ámbito de las ciencias, e incluso la educación física; así como conocer también el funcionamiento de la biblioteca y de la “ vie scolaire”. Finalmente, antes de acabar la estancia, fui recibido por el director del centro que muy amablemente se prestó a solventar cualquier duda que pudiese quedarme.

De este modo se desarrolló una estancia muy productiva, de la que he vuelto con una visión muy clara del funcionamiento de un lycée francés, y elementos comparativos para valorar las diferencias, ventajas y desventajas respecto a nuestro modelo; así como para aplicar en la práctica docente todo lo aprendido.

Debo especial agradecimiento a Gerard Férrer y a Olivier Ramires, profesores que me tutorizaron, así como a todos sus compañeros de las distintas materias que me recibieron en sus clases y me han facilitado una experiencia maravillosa; así como a José Ignacio Rodríguez Aguado, de la Consejería de Educación de Castilla y León que me facilitó estos contactos en la Academie de Grenoble.
Avelino Prieto