MI AVENTURA GRIEGA

¡Nuestra impresión del curso!

¡Hola a todos! Mi nombre es Patricio Vega y soy profesor de Lengua Castellana y Literatura para Secundaria y Bachillerato, actualmente trabajo en un instituto situado en Zamora (España) llamado IES “Claudio Moyano”.
El año pasado, mis compañeras de trabajo de Orientación Laura Cárdenas, Paqui Álvarez y yo mismo, decidimos unirnos a un proyecto muy interesante llamado “Babelia” a través del programa europeo Erasmus+, coordinado por nuestro inestimable colega Avelino Prieto. Dentro de este gran proyecto, elegimos matricularnos en un curso titulado “Educación sobre necesidades especiales: un acercamiento paso a paso”, que tendría lugar en la localidad griega de Kalamata, situada al sur de la península del Peloponeso, del 15 al 21 de abril de 2018.

Una vez allí, conocimos a más de una treintena de profesores de otros países europeos, como Portugal (Madeira y Lisboa), Rumanía, Bulgaria, Alemania, Bélgica, Croacia, Finlandia… Todos ellos fueron muy majos y lo pasamos en grande compartiendo nuestros conocimientos docentes y culturales y también nuestras experiencias.

Desde mi punto de vista, este curso ha sido realmente enriquecedor y útil para mí, pues me ha ayudado a aprender y comprender muchos aspectos sobre las necesidades educativas especiales y tomar contacto con ejemplos reales de este tipo de educación.

A través de dos interesantes visitas a una escuela de Primaria y a otra de Educación Especial, pude darme cuenta de primera mano de la dura pero gratificante tarea de los docentes que trabajan allí.

Debo añadir que nuestros profesores y coordinadores del curso (Yanis, Teodoris, Calíope, Vina, etc.) han sido realmente amables, corteses y atentos durante el tiempo que pasamos en la bella localidad de Kalamata, al sur de la península griega.

La visita a una escuela primaria de Kalamata

Nuestra guía fue Vina, una de las maestras de la escuela y también ponente del curso… Me gustaron mucho, por un lado, el edificio recién inaugurado, las modernas instalaciones, la amplitud de los espacios y las aulas… Y, por otro, la felicidad y la ilusión en el rostro de los estudiantes y profesores y, sobre todo, el proyecto tan interesante de la biblioteca escolar, desde mi punto de vista.

La visita a un Centro de Educación Especial

En el curso tuvimos asimismo la oportunidad de visitar una escuela de educación especial el viernes 20 de abril, y la verdad es que me encantó la experiencia porque nunca había estado antes en un centro de estas características. El personal del centro, empezando por nuestra guía y profesora del curso Calíope, fueron realmente muy amables con nosotros durante la visita guiada. Nos presentaron a algunos estudiantes con diversas discapacidades relacionadas con lo motriz, lo mental, las emociones… Los chicos parecían estar muy felices y sentirse útiles, y también aprendían un montón.

Pasear por Kalamata

Me encantó descubrir esta bella ciudad, parecida en tamaño y población a mi ciudad natal, Zamora: el casco histórico, con sus callejuelas y su espectacular catedral de estilo bizantino, así como el resto de iglesias y templos con sus preciosos iconos y pinturas; la colorida y bulliciosa zona de restaurantes; y, por supuesto, la soleada y divertida zona de la playa y el puerto.

La Antigua Messina

Me impactaron la belleza y la amplitud del yacimiento de la antigua Messina, situada a una hora en bus de Kalamata. Allí pudimos visitar y admirar los vestigios de época griega, con su anfiteatro, diversos templos, un enorme circo…¡Y además disponían de su propio banco! La mayoría de los restos se encontraban en buen estado de conservación, en parte gracias a labores de reconstrucción. Además de todo ello, pudimos disfrutar de un día soleado y de la representación de la obra de teatro “Lisístrata”, del comediante Aristófanes, llevada a cabo por estudiantes de Secundaria dentro del marco de un festival nacional de teatro escolar. El punto curioso fue que la obra no estaba traducida al inglés, así que algunos de los profesores tuvimos que preguntar por el argumento y algunas escenas, aunque otras pudimos comprenderlas gracias al lenguaje corporal. Finalmente, disfrutamos de un apetitoso almuerzo típicamente griego en un acogedor restaurante con vistas al maravilloso conjunto arqueológico.

Disfrutando de la cultura gastronómica mediterránea griega

¡Sin duda, tan deliciosa, sana y asombrosa como la gastronomía española, si no más! Tuvimos la oportunidad de saborear y disfrutar de un largo número de platos y especialidades griegas, como el “tzatziki” (una especie de entrante compuesto por una crema picante de pepino), el célebre queso Feta cocinado de mil y una maneras: fresco, al grill, al horno, en papillote, mezclado con otros ingredientes…, el queso Talagani, el queso Saganaki, la famosa “moussaka” (como lasaña vegetal), “souvlaki” (carne asada presentada en forma de pincho moruno), infinidad de ensaladas aderezadas con las famosísimas olivas negras de Kalamata, pollo y cerdo preparados de muchísimas formas,… así como una enorme variedad de riquísimos postres, como los Baklava (pastelillo de frutos secos y miel sobre hojaldre), el Kataifi (pastel de hojaldre relleno de crema), el Galaktobureko (especie de dulce de leche con hojaldre)… ¡Y cómo no, los célebres vinos blancos griegos! Creo sinceramente que engordé unos cuantos kilos mientras estuve allí…

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